sábado, 28 de mayo de 2011

PLAZA QUINCE DE MAYO. FOTO Y RELATO. 22













            Quítenme ustedes a ese pobre de ahí, que me afea la fachada. Y esa fulana, por favor, si es culpa suya, que va incitando a los clientes. Y esos cortes de pelo, y esas greñas ¡qué asco, por Dios! Encima, acampados en la vía pública. ¡Pues si hay paro y no tienen futuro, a estudiar, so panda de vagos! Que monten sus tiendas en medio del campo, así no molestan a nadie. ¿Es que no se han enterado?, que ya ha habido elecciones, ¡ya ha pasado el 22 de mayo! Hasta entonces han tenido tiempo de quejarse, pero que no me afeen la ciudad. Menudo peligro: hay que llamar otra vez a los medios. Son andrajosos y proponen cosas así como la eliminación de los privilegios de la clase política, supresión de dietas, auditoría y control del gasto desde que acceden al cargo ¡Hasta dónde vamos a llegar! Encima el 29 de Mayo vuelven a manifestarse.

             ¿Qué será lo próximo: ¿pedir más control sobre el fraude fiscal? , ¿independencia del Poder Judicial?, ¿que no se nombren por el Poder Ejecutivo los miembros del Consejo General del Poder Judicial o del Tribunal Constitucional? ¿Pero es que alguien piensa aún que eso es posible y que existe independencia de los jueces respecto de los políticos? ¡Ingenuos! Hay que echarlos ya, son muy molestos, no vayan a destapar más el fraude de democracia que tenemos. Han hecho muy bien todos los medios en hacer campaña: desde los periódicos progres como El País hasta El Mundo y similares. Lancemos cualquier historia al unísono. ¡Ya está!, no habíamos caído. Acabamos de descubrir que hay pérdidas millonarias en los negocios de la Puerta del Sol. O que el ayuntamiento de Barcelona no permite la acampada en la vía pública, salvo si eres adolescente y es para ver a Justin Bieber, ¿dónde va a parar? ¡Hay diferencias!, este chico repeinado está limpio, y tampoco pasa nada si mi hija falta un día al cole.

            ¡No hay más que hablar!, todo está muy sucio, son andrajosos y perdemos dinero: mandémosles una carga policial brutal, a ver si les quitamos las ganas de decir tonterías: ¿pues no que van por ahí proponiendo en su manifiesto que se bonifique a las empresas con menos de un diez por ciento de contratación temporal?, ¿o que no se rescate con el dinero del contribuyente los bancos privados que vayan mal? ¡Y que se gestionen bien los servicios públicos!, ¡hasta ahí podía llegar la broma! ¡Valiente barbaridad!

            Y toda esa colección de carteles. Pues  en Sevilla va a ser más difíciles echarlos: resulta que el último alcalde preparó una obra faraónica en forma de setas gigantes llamada Metrosol Parasol. Los políticos lo bautizaron como el nuevo foro de Sevilla, un sitio ideal para dar conciertos o  mítines fin de campaña. ¡Pues resulta que se lo han tomado al pie de la letra! Están organizados, mantienen el lugar limpio y lleno de actividades como talleres, cuentacuentos, hasta una biblioteca. ¡Han cometido la desfachatez de no esperar a que le ofrezcamos al cantante de moda en la fiesta local a costa del presupuesto! ¡Hasta debaten ideas! Y dicen cosas tan absurdas como “recordad lo que nos une” ¿Pero dónde vamos a llegar con esta gente de Democracia Real? Los políticos la quisieron llamar Plaza Mayor, y ahora todo el mundo la conoce por Plaza Quince de Mayo. ¡Valiente barbaridad! Encima mucho me temo que a estos no hay quien los pare.

3 comentarios:

  1. ¡qué gusto da ver a los jóvenes unidos y con consignas contra un sistema corrupto¡
    ¡ qué alegría comprobar que expresan sin miedo y con claridad sus opiniones¡
    ¡qué esperanza despiertan en mí cuando los veo manifestarse con argumentos y sin violencia¡

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  2. Hola, compañera. No te escribo para nada relacionado con tus siempre apreciados comentarios. Lo único que te deseamos pronto y todas y los pocos todos del claustro es que te mejores y restablezcas pronto. Un abrazo.

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  3. Precisamente estoyviendo ahora, en la 2, cómo todavía quedan muchos resistiendo, a base de mucha ilusión y sacar fuerzas de flaqueza. No es obligatorio ser un héroe pero no debemos permitirnos ser cobardes.

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